lunes, 23 de abril de 2018

La vida que ves pero no es.

Es un hecho que cada vez vivimos más inmersos en las redes sociales. Aquellas maravillosas plataformas digitales que nos permiten estar en contacto con personas lejanas.

Había oído que muchas personas fingen que su vida es mejor de lo que realmente es a través de las redes sociales, pero no fui consciente hasta que me fui de viaje de fin de curso con la gente de mi clase. Estábamos en Mallorca, disfrutando de unas merecidas vacaciones, y vi a una chica de mi clase venir a la habitación del hotel donde estábamos de fiesta con el único objetivo de hacer un vídeo en el que se la veía disfrutando muchísimo. Lo subió a instagram, guardo su móvil y se fue.

En ese momento, me di cuenta de que a muchas personas les importa tanto lo que los demás ven y piensan de ellos que dejan de ser personas para pasar a ser escaparates. Muestran una vida idealizada en la que es más importante subir una foto de lo que comes que la comida en si o en la que hacemos un documental del sábado noche, en vez de disfrutar la fiesta con tus amigos.

Con esto, lo que vengo a decir es que no debemos obsesionarnos tanto con tener una vida como la que vemos en perfiles de influencers y famosos, y darnos cuenta de que hasta subir la foto “perfecta” han tenido que hacer otras muchas que han decidido no subir porque reflejan la vida de una persona normal. No hay que preocuparse tanto de mostrar nuestra vida, sino de vivirla.

María Yuste



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