Mi padre, como suele decir cada uno de los suyos, es el mejor pero muy cabezota.
Es una persona muy deportista, pero tanto, que se pasa del límite. Él es ciclista.
Hace dos años, en una de sus rutas de domingo, se cayó al suelo inconsciente y cuando llamó el hospital a casa nos avisaron de que había sufrido un infarto. Después del gran susto y de 6 meses de rehabilitación el medico le pidió que se tranquilizara con el deporte, pero como ya he dicho antes que es tan cabezota, él no iba a hacer caso y ahí sigue, entrenando cuatro días por semana, con sus rutas de domingo y con carreras en varios países.
Pero algo más tenía que pasarle para que fuera consciente de que tenía que parar. Hace tres meses, encima de su bicicleta (como no😞) sintió como un choque en su rodilla, y es que se había roto el menisco. Así que la única solución a esto era una operación... y salió todo genial, aunque teníamos nuestras dudas. A día de hoy está como una rosa.
Marta Fernández Peris
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