Antes de empezar con la explicación sobre este día, quería
comentar algo que me llamó la atención y me hizo reflexionar. Esto fue gracias
al desfile, donde a la profesora la vistieron de bebé. Simulaba las diferentes
etapas, y pensándolo yo ya había pasado dos de ellas. Es increíble cómo pasa el
tiempo de rápido y como dicen, un día más es un día menos. Y me pregunto, si
pasa tan rápido, por qué no disfrutarla al máximo. Hay personas que, por
ejemplo, van al trabajo por obligación, u otras personas que escogen una
carrera porque no había otra cosa. Siempre hay otra cosa, siempre hay algo que
te guste hacer, y si el tiempo pasa tan rápido, por qué no potenciar eso que te
gusta tanto sin miedos. Quizá eso sea lo que nos cuarta a muchas cosas, el
miedo, miedo al qué dirán o lo que a mí me parece más grave, la desmotivación
de uno mismo. Mi reflexión fue que, hasta la última etapa, quiero ser feliz,
más concretamente haciendo lo que me gusta.
Ahora sí, empezamos con la clase del viernes, fue la primera
dedicada a empezar con la actividad de nuestro propio cuento, simulando los
personajes de Caperucita Roja.
Llevamos todo tipo de materiales para realizar las supuestas
marionetas. La idea de que cada uno haga su personaje como quiera,
caracterizándolo de forma libre, me pareció genial ya que podíamos dar rienda
suelta a nuestra creatividad.
Nos pusimos manos a la obra, algunas compañeras no sabían
dibujar, y me incluyo, fue un reto, pero como siempre digo lo que cuenta es la
intención. Realizando mi marioneta pensé en cómo iba a quedar la actuación, y
sobre el cuento, que todavía nos os vamos a desvelar, me pareció aún más
curioso y divertido.
Aquí os dejo unas fotos donde salimos mis compañeras y yo
haciendo estas marionetas.
Ángela Gutiérrez Sánchez
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