Constantemente nos preguntamos a nosotros mismos: ¿Qué habría pasado si (añada su incertidumbre)?
Creo que las personas somos seres egoístas e inconformistas que siempre queremos lo que no tenemos y por ello, a veces nos preguntamos qué sería de nosotros si hubiésemos elegido de forma diferente.
Cuando somos pequeños odiamos que los demás decidan por nosotros: cuando mamá o papá elegían tu ropa, cuando te obligaban a hacer algo que no querías, cuando tus padres decidían a que hora debías volver a casa, y así miles de situaciones. Pasamos toda la infancia y la adolescencia queriendo elegir hasta que por fin nos dejan libres.
Obviamente lo que decidimos va a marcar nuestra vida, pero muchas veces nos cegamos en nosotros mismos y nos olvidamos de que hay decisiones que implican a otras personas (muchas veces seres queridos), y que nuestras elecciones van a trascender en ellos y en sus vidas.
Cuando decidimos miramos hacia el futuro, intentando adivinar lo que ocurrirá y una vez tomada la decisión volvemos al pasado a preguntarnos el eterno "qué habría pasado". Esto nos hace olvidarnos de disfrutar el presente.
Por tanto, querido lector le aconsejo que deje de pensar en lo que habría pasado o pasará y se centre en vivir lo mejor posible lo que está pasando en este instante.
Un buen consejo María
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