Seguramente muchas de las mujeres que vieron la boda se sintieron nostálgicas. Nostálgicas por ver una boda de ensueño, por ver a una mujer que pertenece a la "plebe" casarse con un príncipe en una iglesia enorme y preciosa, con cientos de invitados y con un vestido hecho para lo que es, un vestido de princesa.
Amor... es una palabra tan maltratada por todos y todas. No hay amor que valga más que el que uno siente por sí mismo, porque sin amor propio no puedes amar a los demás y viceversa.
Si alguien sintió nostalgia es por la idea equivocada que nos han enseñado desde pequeños del amor, ese amor tan de película, ese amor sin fisuras, sin naturalidad. Ese amor donde un príncipe ("o un malote") tiene que salvar a la chica y es que los príncipes son eso, un rango, y nada tiene que ver con ser azul.
El amor es la decisión de trabajar activamente por la libertad de otra persona, para que pueda elegir qué hace con su vida aunque no nos incluya. El amor es libertad y no dependencia.
Belén Navares Romojaro
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